Perote, Veracruz | 26, 27 y 28 de septiembre de 2025
“Memoria y palabra, la voz de los pueblos”
Por: Mgtr. Pedro René Ramírez García. Cronista de Las Choapas
Desde el jueves 26 de septiembre, por la tarde, el camino me llevó hasta la siempre imponente ciudad de Perote, situada en la región montañosa central de Veracruz. A más de 2,400 metros sobre el nivel del mar, donde el frío es habitante cotidiano, me recibió, sin embargo, una calidez humana que contrasta con el clima agreste: rostros amables, saludos francos y una hospitalidad que reconforta al viajero. Aquella noche, el clima fue benévolo, como si también él se sumara a la celebración de los 500 años de la fundación de esta ciudad fortaleza, histórica, guerrera, y hospitalaria.
PRIMER DÍA: ENTRE TAMAL DE CHILIHUATE Y GUARDIAS DE PIEDRA
Tras un desayuno típico de tamal de chilihuate —elaborado con frijol negro, cebollín y trozos de chile serrano— acompañado por un aromático atole de guayaba, me dirigí junto con el presidente de la Asociación de Cronistas de Veracruz, el Mtro. Zenón Ramírez, hacia el sitio donde todo iniciaría: la Fortaleza de San Carlos. El traslado en taxi nos permitió observar los primeros vestigios de la antigua Perote, con sus calles angostas, tejados de barro y casas de piedra.
Frente a nosotros, al llegar a la entrada principal, nos dieron la bienvenida dos estatuas de piedra de soldados, de apariencia solemne y aspecto centinela. La leyenda que pesa sobre ellos nos habla de dos amigos que, se cuenta que las estatuas conocidas como “los desterrados de piedra” representan a dos soldados españoles, Francisco Ferrer y Jaime Castels, quienes fueron condenados a ser centinelas eternos como castigo por descuidar su deber. Se dice que pelearon por una mujer y murieron en servicio, lo que llevó a su rey a ordenar su “deserción” perpetua en forma de estatuas, enviadas al Nuevo Mundo.

INAUGURACIÓN Y LA MEMORIA DE UNA FORTALEZA
Registrados y con el programa en mano, ingresamos al recinto para escuchar la conferencia del Arq. Jorge Pérez Quintos, cronista de Perote, quien nos introdujo al contexto fundacional de la ciudad y la riqueza patrimonial que resguarda esta fortaleza, una de las más importantes del México virreinal.
La Fortaleza de San Carlos, iniciada en 1770 y concluida en 1776 por orden del virrey Antonio María de Bucareli, fue concebida originalmente como presidio militar para controlar el paso entre Veracruz y México. En sus muros de piedra volcánica y cantera se guardan ecos de historias diversas: fue cárcel, cuartel, y resguardo de documentos confidenciales durante distintas etapas del país. Aquí estuvo preso el general Santa Anna, y durante la intervención francesa fue utilizada por las tropas extranjeras. Guadalupe Victoria fue el primer presidente de México, y murió en esta fortaleza, el 21 de marzo de 1843, mientras recibía tratamiento médico para su epilepsia. La Fortaleza de San Carlos de Perote también es notable porque, entre 1823 y 1828, fue la primera sede del Colegio Militar de México. Su arquitectura, de estilo neoclásico militar, la convierte en un monumento único en su tipo en América Latina.
A las 13:30 h, el alcalde de Perote, C. Delfino Ortega Martínez, dio por inaugurada oficialmente la 50ª Reunión de Cronistas de Veracruz, declarando a los participantes como visitantes distinguidos. Con los honores a la bandera realizados por una banda de guerra, el momento tuvo un aire solemne que fue sellado por una lluvia pertinaz, como si el cielo también rindiera homenaje a la palabra que dignifica la historia.
Una parte de la tarde estuvo dedicado a una visita guiada por toda la fortaleza, donde recorrimos patios, mazmorras, pasadizos y almenas, escuchando relatos que nos hablaban no solo de batallas, sino de los hombres y mujeres que construyeron, resistieron o habitaron entre esos muros.
Por la tarde, ya en el centro de la ciudad, se desarrolló la primera mesa de trabajo en la Sala Presidentes del H. Ayuntamiento de Perote, cerrando labores cerca de las 21:00 h.

SEGUNDO DÍA: RECONOCIMIENTOS Y PALABRAS QUE PESAN
El sábado comenzó con la fotografía oficial en el Parque Central de Perote, donde el volcán Citlaltépetl parecía vigilar desde la distancia nuestras labores. Posteriormente, en la misma sala del ayuntamiento, continuamos con la segunda mesa de trabajo de 10:00 a 13:00 hrs. y, tras una pausa para los alimentos, la tercera, de 16:00 a 20:00 h.
Un momento de especial relevancia fue la entrega de la Medalla “Francisco Javier Clavijero” 2025, al Mtro. Antrop. Mario Navarrete Hernández, por su destacada labor en la recuperación y difusión del patrimonio histórico de Veracruz. Un acto que enaltece el compromiso de quienes, desde la palabra documentada, reconstruyen la memoria colectiva de nuestros pueblos.
Al caer la noche, entre sombras y ecos de siglos, realizamos una visita guiada a la Parroquia de San Miguel Arcángel, joya arquitectónica que custodia la espiritualidad y la historia de Perote desde el siglo XVII.
TERCER DÍA: PALABRAS FINALES Y NUEVOS COMPROMISOS
El domingo 28 de septiembre, se celebró la cuarta mesa de trabajo, seguida de la Sesión Plenaria de la Asociación de Cronistas del Estado de Veracruz, donde se tomaron acuerdos para fortalecer la difusión de la historia municipal y se propuso realizar la siguiente reunión en marzo del próximo año.
Tuve el honor de tomar protesta como nuevo integrante de la Asociación, momento que viví con profunda gratitud y sentido de responsabilidad. Posteriormente, se entregaron constancias de participación y reconocimientos, cerrando así el evento con un emotivo acto de clausura encabezado por las autoridades municipales.

EL TEMA QUE NOS CONVOCA: “MOVIMIENTOS ARMADOS EN MI COMUNIDAD”
En esta ocasión, cada cronista presentó su investigación sobre los movimientos armados en su comunidad. Fue un ejercicio de memoria histórica imprescindible, donde cada voz aportó un fragmento de ese complejo mosaico que es la resistencia, la lucha, el conflicto y, sobre todo, la dignidad de nuestros pueblos.
En mi caso, presenté un trabajo titulado:
Las Choapas y la Revolución Mexicana. Entre fronteras, rebeldes y esperanza
Mi intervención abordó el impacto de la Revolución Mexicana en la región de Las Choapas, destacando cómo esta zona —de carácter fronterizo y estratégico— fue escenario constante producto de movimientos armados, desplazamientos poblacionales y reorganización social entre 1910 y 1930.
Desde antes del estallido revolucionario, Las Choapas era una región transitada por arrieros, colonos y soldados que transitaban a través de los ríos. Durante la Revolución, se convirtió en paso obligado de rebeldes y federales, y en territorio de refugio para militares y campesinos que huían de la violencia. Haciendas como San José Teposapa y El Plan vieron surgir el descontento por la explotación de que eran objeto los peones.
Producto de este constante ir y venir de soldados federales y revolucionarios fue que don Modesto González Santiago busco un refugio en lo que hoy es Las Choapas, donde mantenía escondida a su familia, pero que tiempo después también fue descubierto, siendo punto de alimentación de los federales y revolucionarios.
Resalté la presencia de figuras clave como el general Ignacio Cuevas, pionero en poblar y defender territorio de Tabasco, así como la llegada de personajes como Lázaro Cárdenas, Cástulo Pérez y muchas familias desplazadas que posteriormente fundaron las bases del actual municipio.
Se enfatizó un hecho clave de transformación social: la abolición del peonaje en 1913, liderada por el general Luis Felipe Domínguez en la hacienda San José, marcando el inicio de una verdadera libertad para los trabajadores rurales.
Concluí señalando que la Revolución en Las Choapas no fue una lucha armada, sino un proceso de reconstrucción comunitaria, sembrando las raíces de un pueblo forjado entre la guerra, la movilidad y la esperanza.
La riqueza de cada exposición evidenció el compromiso de los cronistas con su comunidad y con la verdad histórica. Lo que se dijo en esas mesas no fueron solo datos: fueron testimonios, reconstrucciones, resistencias contadas en primera voz. Cada participación fue un acto de reivindicación, un llamado a no olvidar, una antorcha en la oscuridad del olvido.

EPÍLOGO: LA HISTORIA CONTINÚA
Así concluyó esta 50ª Reunión de Cronistas de Veracruz, A.C., celebrada con esplendor en Perote, en el marco de su medio milenio de existencia. No fue solo un encuentro académico, fue un ritual de la memoria, un testimonio de la importancia de quienes, con pluma en mano, se atreven a reconstruir lo que otros pretenden borrar.
Porque ser cronista no es solamente relatar lo que fue, sino custodiar la verdad para las generaciones que vendrán. En cada calle de Perote, en cada piedra de su fortaleza, en cada voz que se alzó durante esos tres días, se reafirmó que la historia no es del que la escribe con poder, sino del que la vive con pasión y la cuenta con justicia.
“Somos el eco de los que no pudieron hablar, y la voz de los que aún resisten en la historia.”